Meditar es enfocar la atención en algo concreto, ya sea un pensamiento, un objeto, la propia conciencia, el propio cuerpo, nuestros pensamientos…
Practicar la meditación con niños implica realizar multitud de actividades en las que los niños están enfocando su atención en su respiración, en algo que están viendo, en algo que están haciendo… con el objeto de que nuestros hijos/alumnos:
1. Sean más responsables, tanto de sus cosas materiales como de sus emociones, de su vida y de su felicidad.
2. Se querrán más a sí mismo.
3. Se podrán concentrar mejor al ser capaz de enfocar su atención hacia lo que desea, sin caer en los despistes.
4. Tendrán menos ansiedad y menos estrés.
5. Dormirán mejor.
6. Serán menos impulsivos.
7. Tendrán más autoestima, y más seguridad y confianza en sí mismos.
8. Mejorarán sus rendimientos académicos.
9. Mejorarán la gestión de sus emociones.
10. Mejorarán sus relaciones sociales. Mostrarán más empatía y gratitud.
11. Mejorarán su sistema inmunológico.
12. Serán menos violentos.
13. Serán más capaces de enfrentarse a las frustraciones y a las dificultades, ya que desarrollarán más capacidad de aceptación de lo que ocurre.
14. Serán felices.
15. Sentarán las bases de una madurez más sólida.
Os dejo cinco fantásticos libros para trabajar la meditación infantil:
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